JUEGOS PRELIMINARES
¿Dónde terminan los juegos preliminares y dónde empieza el sexo -para las lesbianas-? ¿Pero acaso importa algo? Los comentarios que Suzanne hace sobre los juegos preliminares reflejan lo que sienten muchas lesbianas al respecto: "Me hace mucha gracia que hablemos de precalentamiento entre mujeres y que lo comparemos con otros ejemplos, porque en mis relaciones con hombres, lo único que me gustaba era eso, los preliminares, aunque no lo hacían tanto por darte placer como para darse placer a sí mismos. Incluso el clítoris era un preliminar más para ellos, lo que es una verdadera atrocidad. Con mujeres, los juegos están presentes en todo momento. Estas teorías de la "primera fase", "segunda fase" etc., no tienen mucho sentido entre nosotras." Sin embargo, muchas mujeres prefieren iniciar sus relaciones físicas con una extensa actividad no-genital. Rebecca opina al respecto: "Tengo mis miedos sobre el sexo. Antes de hacer nada necesito abrazos en cantidad y en calidad, besos y caricias... amor en una palabra. Necesito que me exciten pero también necesito sentirme segura con esa persona." Los juegos preliminares pueden incluir abrazos, besos, achuchones, caricias y masajes. Susurrar al oído también puede servir de precalentamiento, así como lo haría realizar un paseo juntas. Por supuesto que habrá momentos en que a las dos os apetezca ir directamente al grano, esto es, al sexo oral o a la penetración. No hay una fórmula mágica de un 30% de besos, 15% de caricias, 10% de tomar el pelo, 20% de chupar y lamer, otro 20% de penetración y 5% de sudar placer. Maneras de empezar hay muchas, y todas pueden ser igual de excitantes y lúdicas.
JUGUETES
Prácticamente cualquier cosa puede ser un juguete sexual. Las plumas y materias suaves como el algodón, el cuero, la seda, el fieltro o la franela, causan únicas y excitantes sensaciones en la piel. Los vibradores y las hortalizas son muy útiles para la penetración. Antifaces y cuerdas añaden morbo y emoción al encuentro sexual. Un mandil de cocina, por ejemplo, llevado sin nada debajo se puede convertir en un fetiche sexual. Usa tu imaginación sexual cuando andes por casa y verás como todos los artículos cotidianos nunca volverán a ser lo que eran.
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