RELACIONES REBOTE
Dentro del círculo inevitablemente cerrado en que las lesbianas nos movemos, suele ocurrir que las parejas, cuando rompen, dan paso a la siguiente relación dejando atrás incógnitas, dudas, aspectos de la vida en común y sentimientos sin aclarar. Esta falta de comunicación es un hábito peligroso, ya que puede envenenar la siguiente relación y todas las que vengan detrás. La razón que cubre la necesidad de establecer otra relación es muy concreta; el dolor de una ruptura puede ser sumergido y distraído con un nuevo amor. Los últimos momentos (en ocasiones meses) de la relación anterior fueron seguramente una pesadilla imposible de soportar y donde el contacto físico de la pareja se redujo a cero. Es fácil pensar, "bueno, lo otro terminó, acabo de conocer a una mujer que está muy buena, que es simpática, que tiene morbo y carácter, y todo lo que la otra no tenía". Es fácil ir directa al grano y pensar que vas a poder saltarte a la torera la fase dolorosa que sucede a una ruptura. No te engañes, si dejas el asunto anterior sin aclarar, tarde o temprano surgirá el fantasma que te dará muy malos ratos. De todas formas, no todas las relaciones de rebote están destinadas a fracasar, aunque siempre tendrán muchos puntos en contra: recuerdos de experiencias compartidas, resentimientos, y expectativas que seguramente tengan más que ver con la ex que con la pareja presente, por poner unos ejemplos. No sirve de mucho torturarse dando vueltas al tema, pero la fase de curación es inevitable, así que déjate a ti misma rabiar, patalear, jurar y maldecir para descargar la ira hacia fuera en vez de hacia dentro, y recuerda que no has sido tú la que ha fallado; pero tampoco ella. Quizá dos años -o seis, o seis meses- era lo que tenía que durar esa relación. Antes de intimar con la siguiente mujer, deja el pasado en su lugar, o sea, atrás, para que efectivamente pase a la historia en tu cabeza. Esta es la única manera de que, cuando te encuentres en la siguiente relación, puedas apreciarla por ella misma en vez de insistir en compararla con la ex.
RELACIONES ESTABLES
Mantener una vida sexual excitante y activa a través de los años es algo difícil de conseguir. Hay tantas parejas lesbianas que padecen del apagón sexual, que el hecho ya ha dado paso a su expresión en argot, lesbian bed death. A pesar de todo, existen varias maneras de evitar este fúnebre final. Una de ellas es planteárselo en forma de cita sexual. Esto puede a simple vista parecer poco espontáneo, pero realmente no tiene porqué ser así. Según Jenn, "Haciendo que las citas parezcan de verdad, las relaciones sexuales ganan en naturalidad, ya que las dos sabemos que tenemos tiempo de sobra para hacer lo que queramos." ¿Pero qué ocurre si llega el momento en que habéis "quedado" y de repente a una se le quitan las ganas? ¿O si vuestros contactos sexuales son regulares pero han perdido gracia y emoción? En ese caso lo mejor es añadir variedad, hacer algo diferente. Tumbaros desnudas y hablar. Dedicad una tarde a daros masajes, sin sexo y sin orgasmos, dejando de lado las zonas erógenas. Centraros en la espalda, los pies, los brazos, las manos. También puede funcionar algo directo, como un cunilingus después de unos juegos preliminares y mientras, ella, o bien se relaja o da rienda suelta a su imaginación, o bien lee una novela erótica en voz alta. Otro sistema es dejando que los quickies ocurran en lugares poco usuales. Alquilad unos vídeos porno. Haced el sexo sin emitir ningún ruido -o no utilicéis las manos, -o no os quitéis la ropa. Hablad de vuestras fantasías y, si queréis, ponedlas en práctica. Probad el bondaje o los antifaces. Id a un pub por separado y ligaros allí. Piensa que tu amante viene de fuera a visitarte: ¿dónde la llevarías a cenar? o haced como que es vuestra primera cita y queréis dar buena impresión. Ya queráis mantener el sexo en una línea simple o ya representéis con detalle vuestras fantasías, lo importante es dedicarle un lugar especial y sagrado en vuestras vidas. No interrumpáis los juegos preliminares con discusiones sobre las facturas, problemas con los hijos/as, o con el trabajo, o angustia por la situación mundial. Mantened los temas mundanos al margen de la cama y no utilicéis de terapeuta a vuestra pareja.. ¡Y no pongáis la tele nada más entrar en casa!
RISA
El lavado de cerebro que ejerce la industria del celuloide nos persuade de que el sexo es algo que tiene que ocurrir como un guión de cine; la ropa se quita sola, las cremalleras se bajan sin hacer ruido y nadie necesita ir al servicio. Pero el sexo en la vida real es como todo en sus inicios: un revoltijo de intentos sin orden. La pasión a veces lleva a las personas a actuar con gracia y sensualidad, pero con más frecuencia te encontrarás peleando con las bragas mientras ella aprieta demasiado el tubo de lubricante que te salpicará en la cara, o quizá, horror de los horrores, te entren ganas de pedarte cuando ella esté bajando hacia tus partes más íntimas. ¿Cual será la mejor manera de salir de esa encerrona? Reír. Reír juntas puede ser algo tan íntimo como el sexo mismo, y el mensaje que la risa envía suele ayudar a romper el hielo. La risa no tiene porqué ser incompatible con el sexo; si lo piensas bien, expresar vuestro amor devorando vuestras partes privadas puede parecer extravagante, pero también es divertido y placentero, -y sagrado-. Reír es una experiencia física reconfortante en si misma: alivia la tensión nerviosa, -como lo hace el tener orgasmos- y relaja física y psicológicamente a la gente. Para la mujer que llega cansada del trabajo, o que ha pasado una racha depresiva, o que haya estado estudiando intensivamente durante meses, unas buenas risas pueden derribar muchas de las barreras emocionales que se crean por el estrés y la ansiedad y dar paso a una experiencia sexual más enriquecedora. Muchas mujeres consideran la risa y el sexo como la combinación perfecta para una experiencia culminante. Así lo confirma Kathy: "Con Leslie daba la casualidad de que cada vez que hacíamos el amor salían las noticias por la radio. En una ocasión, justo cuando empezábamos a besarnos salvajemente y a quitarnos la ropa con ansia, salió un boletín de noticias, de todo un poco; 'terremoto de gran intensidad mata a docenas de personas, se incremento la violencia contra los ancianos, Liz Taylor se casa de nuevo'. ¿Qué otra cosa podíamos hacer aparte de reír? Aquello desembocó en un ataque de risa y en uno de los mejores revolcones de mi vida." Para Jenn, lo que convierte a una persona en buena amante es principalmente, aparte de la confianza y la compatibilidad, la capacidad de reír.
ROMANTICISMO
Cuando se trate de una velada íntima, no dudes en recurrir a los detalles tradicionales: ¿Qué puede ser más romántico que un ramo de flores, una cena en el restaurante preferido, abrazarse al calor de una chimenea crujiente, leer poesía, pasear de la mano por la playa, dejar notas con corazón en lugares insospechados, guitarras, vino y velas, desayuno en la cama y besos robados en un ascensor? Quizá ella tenga el capricho de hacer el amor en una cama cubierta de pétalos de rosa, o ¿por qué no?, vestidas de cuero chapado. Gustos y preferencias hay tantos como personas en el mundo. Dedica tiempo a los detalles románticos. Imagina que sorpresa le darías si, después de un duro día de trabajo, llega muy cansada y te encuentra con una picardía sobre una cama de sábanas limpias, con una sonrisa de oreja a oreja y un par de sandwiches esperándola. El gesto romántico surge en el lugar donde la imaginación y el cariño se encuentran. Y si te falta imaginación, los clichés tradicionales servirán.
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